El alma de Europa son sus ciudadanos, por eso todas las políticas tienen que situarlos en el centro de su acción. Europa se construye día a día, es un proyecto vivo en constante evolución y ahí está su fortaleza, porque los europeos pueden decidir qué Europa quieren en un mundo que está cambiando. Europa debe saber dar respuestas actuales y realistas a los desafíos actuales y es el momento. Nosotros construimos Europa, pero a la vez, Europa nos construye. El reto es hacerlo eficaz, viable y sin apearnos de esos valores esenciales y fundacionales.
... A De Gasperi, fundador y referente de este gran proyecto de valores que es Europa debemos la idea de que “el futuro no se construirá por la fuerza ni por el afán de conquista, sino por la paciente aplicación del método democrático, el espíritu de consenso constructivo y el respeto a la Libertad”. Democracia, consenso constructivo y Libertad eran para él los tres pilares sobre los que construir nuestro proyecto común. Hoy su ideario cobra una nueva y vigorosa vigencia, y debe servirnos de faro y guía en tiempos como los que estamos viviendo.»