
Hace 50 años, el alunizaje del
Apollo 11 fue un acontecimiento global, seguido por millones de seres humanos a través de la televisión y la radio. El imaginario colectivo de aquella generación se proyectó hacia el futuro, en forma de otros proyectos y quizá también de utopías. Mientras Neil Armstrong y Buzz Aldrin caminaban por la superficie de la Luna, cuántos debieron pensar que si los humanos éramos capaces de vernos desde el espacio exterior, a través de los ojos y la experiencia maravillosa de los astronautas, caerían por su propio peso las fronteras, las banderas, las ideologías y la codicia que dividían y enfrentaban a los habitantes de la Tierra...


Medio siglo después de aquel día, a pesar de los avances científicos y tecnológicos, todo sigue más o menos igual. Los miembros de eso llamado Humanidad todavía no hemos comprendido que el planeta que habitamos es un milagro que flota en una inmensidad inerte, y que debemos dejar de destruirlo para empezar a cuidarlo, porque es nuestra casa. Muchos millones de seres humanos siguen atrapados en esas perversas y enfermizas identidades colectivas inventadas por los ideólogos del nacionalismo y de otros
ismos más antiguos. ¿Qué queda del Apollo 11, de los otros
Apollo y de los otros astronautas en el imaginario colectivo actual, saturado de
fake news por sembradores de odios nuevos o reinventados?
Fotografías © NASA - National Aeronautics and Space Administration